07 agosto, 2011

De la tierra









No hay cosa que me guste más que conocer a personas interesantes y me presenten a modo de cuento sus vidas, como son sus casas, como cuidan su huerto y animales, como decoran sus jardines, los detalles interiores de su decoración, a que se dedican y quizá es ese gusto por conocer y la pasión que les muestro que siempre se entregan a ello, no se si al resto de personas les pasará igual, pero mi madre me dijo el otro día, ¿como conoces a tanta gente diferente y tan peculiar? No supe responderle, daba por hecho que era normal, pero lo cierto es que me siento afortunado.
El fin de semana pasado fuimos a visitar a Encarna, una compañera de mi trabajo, a su pueblo natal "Guadalcanal" ella es una gran amiga, me encanta su casa, sus plantas crasas y su hijo Nicolás, el pianista que veis en las fotos, una futura estrella 100% asegurado.
Su marido Francisco, gran amigo tambien, me llevó a conocer la casa y la vida de Manuel y Máximo, una pareja de 63 y 71 años, de los cuales reservo un recuerdo precioso, a Manuel lo podéis ver en las primeras fotos, modelo en su época y ahora luchador por su casa, sus pimientos, tomates, sandías, flores, sus gallinas, en definitiva amante de la tierra, prepara una mermelada de moras cuidadas con todo detalle y mimo, nos regaló un tarro del cual no queda apenas nada, ¡Exquisita! la hace expresamente sin pepitas por que a Máximo le gusta así, (y a mi también).
Visitamos también la casa de más amigos de Encarna y Francisco, como la huerta de Enrique, donde le hicimos fotos a su yegua y cogimos plumas de pavo real, y en definitiva, pasamos un día precioso que podré recordar siempre gracias a estas fotos y a este post.

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